Coco Romero es músico, tallerista e investigador, argentino, pionero en la revitalización de la murga y el carnaval porteño. A partir de 1988 en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, inició los talleres de murga. A través de esta modalidad no solo buscaba recuperar un género que había sido desplazado, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, sino también generar un cambio en la forma de entender y practicar la murga.
Romero introdujo una metodología innovadora basada en el "aprender haciendo", en la que los participantes se convertían en protagonistas de su propio aprendizaje. Este enfoque, que combinaba teoría y práctica, marcaba una ruptura con la forma tradicional de transmisión de la murga, que solía aprenderse en las calles a través de la imitación de los más experimentados.
Una de las contribuciones más notables de Romero fue su enfoque en la musicalidad dentro de la murga. A diferencia de la tradición que se centraba exclusivamente en el bombo con platillo como base rítmica, él incorporó instrumentos como el bandoneón y el acordeón, ampliando las posibilidades sonoras del género.
Los talleres de Romero también fueron innovadores en cuanto a su diversidad social. Atraían a personas de diferentes clases sociales y profesiones, especialmente docentes, artistas plásticos y actores, lo que enriqueció la murga con nuevas influencias y perspectivas.
A lo largo de su carrera, Coco Romero no solo buscó recuperar la murga como expresión cultural, sino también revalorizarla frente a las críticas que la consideraban una actividad marginal o insignificante. Para él, la murga y el carnaval forman parte del folclore urbano y nacional, y representan una manifestación genuina del arte popular. En este sentido, definió la murga como las "Bellas Artes de la calle", reivindicando su capacidad expresiva y su profundo arraigo en la cultura argentina.